La incesante segregación escolar 

Por EQUIPO AICTS / 30 de abril de 2018


Save the Children ha presentado recientemente un interesante y completo informe bajo el título Mézclate conmigo. De la segregación socioeconómica a la educación inclusivaRealizado por Lucía Martínez y Álvaro Ferrer, a través del análisis de diferentes fuentes secundarias y de técnicas cualitativas, el trabajo nos muestra una de las cuestiones más complejas que afectan al sistema educativo como es la segregación educativa y la concentración de una serie de colectivos, especialmente aquellos en situación de riesgo de pobreza y exclusión social, en determinados centros. Los datos no pueden ser más elocuentes ya que, en la actualidad en España, prácticamente la mitad del alumnado estaría escolarizado en centros con concentración de alumnado vulnerable, prácticamente en su totalidad públicos, habiéndose generado "centros guetos". Es decir, nos encontramos ante un hecho de graves consecuencias ya que implica mayores posibilidades de reproducción de la desigualdad social ya que, como bien muestran estudios como PISA entre otros, existe correlación entre el rendimiento académico y el nivel socioeconómico de las familias. Igualmente, no es menos cierto que hechos como el "efecto compañero" o el "efecto Mateo" están muy presentes en la capacidad para aprovechar mejor las oportunidades que ofrece el sistema educativo, siendo los grupos sociales en situaciones más ventajosas los que mejor lo aprovechan.

No es una cuestión novedosa la que se plantea en este informe, al contrario, la Sociología de la Educación tiene en este campo uno de sus objetos de estudio más importantes. Hablar de segregación escolar nos lleva a una paradoja en relación a una de las funciones fundamentales de la educación: la reducción de las desigualdades, la movilidad social y la equidad. En España, la segregación escolar ha sido estudiada por diferentes investigadores, desde Mariano Fernández-Enguita a José Saturnino Martínez García, entrando a considerarse cuestiones como la elección de centro y la capacidad de hacerlo (y aquí no hay que olvidar el Artículo 27.3 de la Constitución de 1978), los capitales (económicos, sociales, culturales) de los que disponen las familias, los costes directos e indirectos, etc. Todo ello conforma un escenario complejo que no cuenta con soluciones sencillas pero en el que tienen un importante peso las políticas educativas.

Aunque fue con el crecimiento del alumnado extranjero en la primera década del siglo XXI cuando se alcanzó una mayor visibilidad de esta cuestión. Fue un fenómeno para el que ni la sociedad ni el sistema educativo estaban preparados, una transformación sin precedentes de la estructura social. El proceso de escolarización de este colectivo se centró mayoritariamente en colegios públicos, el 81% del mismo se encuentra en ellos, generándose a su vez una "salida" del alumnado autóctono hacia otros centros, principalmente concentrados. En los barrios de las ciudades en los que se instalaban los inmigrantes, sus centros escolares se caracterizaban por una mayor heterogeneidad del alumnado así como por mayores necesidades de políticas compensatorias e inclusivas ya que parte del mismo contaba con importantes dificultades para acceder al sistema, desde proceder de modelos educativos diferentes hasta el desconocimiento del idioma. Sin embargo, esta concentración de estudiantes extranjeros, y de segundas generaciones posteriormente, estigmatizó a no pocos colegios.  

No cabe duda que las políticas educativas fallaron al abordar esta cuestión pero no es menos cierto que es un hecho estructural. Es decir, la segregación escolar en España ya estaba presente antes de la llegada del alumnado extranjero. Determinado nuestro sistema educativo por el peso de la Iglesia Católica durante siglos y la escasa inversión en la red pública (exceptuando la experiencia de la Segunda República, este hecho no comienza a corregirse hasta la Ley General de Educación de 1970), la segregación socioeconomómica ya venía dada por la capacidad de ciertos colectivos de elegir determinados centros educativos, que se verá incrementada por las diferencias socioeconómicas entre los diferentes barrios y que, con sl sistema de conciertos educativos, entrará en otra dimensión. Además de esta segregación estructural, no debemos olvidar a un colectivo que primero estuvo excluido del sistema educativo y luego claramente segregado como es el de los gitanos.

A pesar de los avances evidentes del sistema educativo español, de los éxitos cosechados e indiscutibles en las décadas de desarrollo del Estado de Bienestar, con el incremento de los niveles educativos y el acceso de amplios contingentes de las clases trabajadoras y medias a los estudios superiores, no es menos cierto que estos déficits siguen estando presentes y que la segregación escolar es causa y consecuencia de los mismos. No es casualidad que el abandono y el fracaso escolar afecte en mayor medida a colectivos más vulnerables. Además, las políticas de ajuste y recorte de los presupuestos en educación vienen afectando a los programas de educación compensatoria e inclusiva, lo que ha incrementado el escenario de desigualdad para estos grupos. 

La educación tiene numerosas funciones y una de ellas y de las más significativas, como ya hemos señalado, es la lucha contra la desigualdad y la apuesta por la equidad. Sin embargo, y aunque insistimos que el sistema educativo no ha sido nunca plenamente igualitario, las diferencias se han mantenido de forma directa o indirecta, no es menos cierto que estamos en un camino regresivo. Las nuevas tendencias de carácter neoliberal y mercantilizador de la educación, junto con los mencionados recortes y ajustes, están suponiendo un duro golpe a las bases de ese sistema educativo que ha reducido sus transferencias sociales, habiendo aumentado el gasto de las familias en el campo educativo por ese motivo. En este escenario, la segregación escolar no solo tiene todos los números para mantenerse sino para aumentar, teniendo mucho menos margen la educación para cumplir esas funciones asignadas, soportando mayores presiones si cabe en una y otra dirección.