La valoración de la Sanidad

Por EQUIPO AICTS / 23 de mayo de 2016


Hace unas semanas se publicó la edición correspondiente al año 2015 del Barómetro Sanitario que elabora el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Este barómetro nos muestra la valoración que los españoles realizan de su Sistema Nacional de Salud a través de una encuesta con una muestra de 7.800 personas. En líneas generales, este estudio nos presenta una serie de variables que miden la satisfacción de los españoles con el mismo, situándose en el año 2015 en 6,38 puntos sobre 10, una puntuación que supone una mejora con respecto a 2014 (6,31), aunque por debajo de las valoraciones más altas que se produjeron curiosamente en los años más duros de la crisis y los recortes (2010-2012), aunque en ningún caso superaron los 6,59 puntos de 2011. La más baja se dio en 2005 con 6,14 puntos.

En general, las valoraciones recibidas son más positivas que la global, quedando en peor situación las referidas a los tiempos de espera en diferentes cuestiones como por ejemplo la realización de una prueba. Además, también hay una percepción mayoritaria acerca de que la Sanidad española sigue igual que hace cinco años, aunque también es cierto que se encuentra muy cerca el grupo que piensa que la “Atención Hospitalaria” y la “Atención Especializada” han empeorado, aunque la valoración de la atención recibida es más positiva. También en la mayoría de los ítems presentados la Sanidad pública queda en mejor posición que la privada, con puntuaciones más favorables que la pública en la rapidez de la atención y las instalaciones, pero no así en las cuestiones relacionadas con la tecnología, la capacitación del personal o la información recibida. Es decir, la mayor parte de los encuestados se decantan por el servicio público frente al privado, aunque se observa que en torno a un 30% eligirían centros privados. Además, un 69,1% cree que la Sanidad está mejor gestionada por la administración pública. Igualmente, es interesante el hecho de que el 36,3% de los encuestados estiman que debería volverse al sistema anterior en el que los pensionistas no pagaban por las recetas, frente al modelo de copago.

Este barómetro refleja parte del escenario de la valoración del Sistema Nacional de Salud en España, en el que encontramos algunos aspectos que son muy significativos. Primero, las puntuaciones positivas en muchas variables señaladas, que como hemos visto descienden en el global. En general, se puede decir que la sociedad española es consciente de un modelo sanitario prácticamente universal y gratuito, aunque es sufragado por los impuestos, que es igualitario y que supone uno de los pilares del Estado de Bienestar. En no pocas ocasiones, hay discursos que inciden en valoraciones negativas fruto de malas experiencias, por ejemplo los tiempos de espera señalados, o de una concepción diferente del modelo de Sanidad. Pero no debemos dejar de perder de vista la necesidad de poner en valor un Sistema Nacional de Salud que es uno de los grandes éxitos de nuestro Estado de Bienestar, y un modelo en otras partes del mundo.

En segundo lugar, el hecho que haya un porcentaje en torno al 30% que muestra preferencia en algunos aspectos por la Sanidad privada también es un indicador de cómo se instalan ciertos discursos en la sociedad, especialmente aquellos en los que la crítica se vierte hacia lo público y su gestión. Paradójicamente, son menos los encuestados que valoran positivamente al sistema privado frente al público en las cuestiones como la cualificación y la tecnología, como hemos visto, lo que implica el reconocimiento de una mejor dotación del segundo frente al primero.

En definitiva, un escenario sobre el Sistema Nacional de Salud en España que no deberíamos dejar perder o reducirse tras estos años de políticas de ajuste y recortes, que han supuesto un zarpazo al mismo. Pero creemos que la sociedad española es muy consciente del logro alcanzado en muy pocas décadas, cuando la Sanidad sólo estaba al alcance de las rentas más privilegiadas. No perdamos de vista de dónde venimos, es de muy atrás.