Otros indicadores de las transformaciones de nuestra sociedad
Por EQUIPO AICTS / 22 de julio de 2024
20 de junio de 2024. El Confidencial publica un extenso reportaje con el título "Viaje a la España que vive de cuidar a los mayores: 'somos la mayor empresa de la zona'". Firmado por Guillermo Cid y Ana Ruiz, el mismo se centra en aquellos territorios, ciudades y localidades, incluso comarcas, en las que las principales empleadoras privadas son las empresas dedicadas a la atención a las personas mayores, tanto en residencias como en centros de día, así como el conjunto de actividades auxiliares. El principal ejemplo que ilustra el reportaje es la localidad soriana de Arcos de Jalón, que cuenta con poco más de 1.500 habitantes en una de las zonas más despobladas del país. Pero, también aparecen otros en los que se muestra cómo surgen empresas, pequeñas y medianas, que se dedican a estos servicios, convirtiéndose en uno de los pilares básicos de las comunidades, tanto en el mantenimiento del empleo como de la población. Es precisamente el hecho de que no pocas personas mayores estén dejando también sus municipios de origen, para irse a vivir cerca de sus hijos e hijas, o de más servicios, lo que pone precisamente en riesgo estas actividades y empresas, indicándose igualmente que el hecho de que se cierre una residencia de personas mayores implica un punto de inflexión para localidades y comarcas. Finalmente, y como un elemento determinante, es un sector en el que mayoritariamente están empleadas mujeres, como es conocido, lo que también tiene su influencia en la permanencia en el medio rural y en las localidades medias y pequeñas.
Como hemos indicado, el escenario descrito por el interesante y amplio reportaje de El Confidencial nos muestra una serie de transformaciones de nuestras sociedades, y en las que se encuentran interrelacionadas las variables de empleo y de territorio. Es un hecho contrastado que los cuidados se han convertido desde hace más de dos décadas en uno de los pilares básicos en la creación de puestos de trabajo desde los Servicios Sociales. En este sentido, el envejecimiento de la población y los avances que se han producido en la atención a estos colectivos, junto a la dependencia, han sido claves para la puesta en valor de los mismos. Cada vez son más necesarios estos servicios ya que la población usuaria no va dejar de crecer, debido a la evolución de la estructura demográfica. La variable territorial también es determinante ya que, como se puede comprobar en las últimas décadas, el envejecimiento de la población también es diferente en función del territorio. Por un lado, en el heterogéneo medio rural, no hay que olvidar que buena parte del mismo cuenta con municipios con una pirámide de población invertida, compuesta por personas mayores. Este hecho no se observa con esa crudeza en otro tipo de localidades y municipios, incluso territorios, pero no son pocas las pequeñas y medianas ciudades, así como comarcas y provincias enteras, en las que la población mayor de 65 años puede superar el 30% de la población. Y es una tendencia constante que no para. Ojo, con esto no queremos decir que el envejecimiento de la población no es positivo, al contrario, el hecho de que cada vez más personas lleguen a edades más avanzadas, y lo hagan en buenas condiciones de vida, es un indicador de la calidad y nivel de vida. Pero, por el otro lado, nos encontramos con natalidades muy reducidas y crecimientos vegetativos negativos, compensándose con la llegada de población inmigrante, lo que ha dado lugar al crecimiento de la población.
Los ejemplos recogidos en el reportaje de El Confidencial son un indicador de una realidad, con casos de éxito que, lamentablemente, tampoco son la mayoría. De hecho, una de las cuestiones más relevantes de este proceso es cómo se presta un servicio para el que, en no pocos casos, pueden faltar trabajadores y trabajadoras, recordemos que es un sector predominante femenino, que no residen en las localidades en las que se presta el servicio y que, por lo tanto, dependen de la movilidad. Esta es una cuestión central ya que supone generar oportunidades en unos territorios y localidades a través de un servicio pero, como ocurre en otros tantos casos, trabajadores y trabajadoras no están allí arraigadas. Esto no es una crítica ni un juicio, es una realidad y es una de las grandes paradojas a las que se enfrentan las políticas territoriales y de lucha contra la despoblación. En algunas de las investigaciones y trabajos en los que participamos integrantes de AICTS, lo hemos constatado de primera mano. Además, como se ha señalado anteriormente, no es menos cierto que en no pocas ocasiones esas personas mayores, considerando que lo mejor es que permanezcan en su entorno cercano, no pueden hacerlo, por lo que la demanda de estos servicios en estas localidades y zonas se vería reducida.
Por lo tanto, un reportaje interesante e ilustrativo de casos de éxito de generación de empleo y actividades en el medio rural y similares a través de la prestación de servicios a personas mayores. Un escenario que muestra las transformaciones sociales, territoriales y económicas, pero que también encierra no pocas paradojas y debates sobre cómo abordar estos procesos. Incidir en unos servicios de calidad, con unos empleos con buenas condiciones, y garantizar la permanencia de las personas mayores en sus entornos, siempre que sea posible, debe ir de la mano.
20 de junio de 2024. El Confidencial publica un extenso reportaje con el título "Viaje a la España que vive de cuidar a los mayores: 'somos la mayor empresa de la zona'". Firmado por Guillermo Cid y Ana Ruiz, el mismo se centra en aquellos territorios, ciudades y localidades, incluso comarcas, en las que las principales empleadoras privadas son las empresas dedicadas a la atención a las personas mayores, tanto en residencias como en centros de día, así como el conjunto de actividades auxiliares. El principal ejemplo que ilustra el reportaje es la localidad soriana de Arcos de Jalón, que cuenta con poco más de 1.500 habitantes en una de las zonas más despobladas del país. Pero, también aparecen otros en los que se muestra cómo surgen empresas, pequeñas y medianas, que se dedican a estos servicios, convirtiéndose en uno de los pilares básicos de las comunidades, tanto en el mantenimiento del empleo como de la población. Es precisamente el hecho de que no pocas personas mayores estén dejando también sus municipios de origen, para irse a vivir cerca de sus hijos e hijas, o de más servicios, lo que pone precisamente en riesgo estas actividades y empresas, indicándose igualmente que el hecho de que se cierre una residencia de personas mayores implica un punto de inflexión para localidades y comarcas. Finalmente, y como un elemento determinante, es un sector en el que mayoritariamente están empleadas mujeres, como es conocido, lo que también tiene su influencia en la permanencia en el medio rural y en las localidades medias y pequeñas.
Como hemos indicado, el escenario descrito por el interesante y amplio reportaje de El Confidencial nos muestra una serie de transformaciones de nuestras sociedades, y en las que se encuentran interrelacionadas las variables de empleo y de territorio. Es un hecho contrastado que los cuidados se han convertido desde hace más de dos décadas en uno de los pilares básicos en la creación de puestos de trabajo desde los Servicios Sociales. En este sentido, el envejecimiento de la población y los avances que se han producido en la atención a estos colectivos, junto a la dependencia, han sido claves para la puesta en valor de los mismos. Cada vez son más necesarios estos servicios ya que la población usuaria no va dejar de crecer, debido a la evolución de la estructura demográfica. La variable territorial también es determinante ya que, como se puede comprobar en las últimas décadas, el envejecimiento de la población también es diferente en función del territorio. Por un lado, en el heterogéneo medio rural, no hay que olvidar que buena parte del mismo cuenta con municipios con una pirámide de población invertida, compuesta por personas mayores. Este hecho no se observa con esa crudeza en otro tipo de localidades y municipios, incluso territorios, pero no son pocas las pequeñas y medianas ciudades, así como comarcas y provincias enteras, en las que la población mayor de 65 años puede superar el 30% de la población. Y es una tendencia constante que no para. Ojo, con esto no queremos decir que el envejecimiento de la población no es positivo, al contrario, el hecho de que cada vez más personas lleguen a edades más avanzadas, y lo hagan en buenas condiciones de vida, es un indicador de la calidad y nivel de vida. Pero, por el otro lado, nos encontramos con natalidades muy reducidas y crecimientos vegetativos negativos, compensándose con la llegada de población inmigrante, lo que ha dado lugar al crecimiento de la población.
Los ejemplos recogidos en el reportaje de El Confidencial son un indicador de una realidad, con casos de éxito que, lamentablemente, tampoco son la mayoría. De hecho, una de las cuestiones más relevantes de este proceso es cómo se presta un servicio para el que, en no pocos casos, pueden faltar trabajadores y trabajadoras, recordemos que es un sector predominante femenino, que no residen en las localidades en las que se presta el servicio y que, por lo tanto, dependen de la movilidad. Esta es una cuestión central ya que supone generar oportunidades en unos territorios y localidades a través de un servicio pero, como ocurre en otros tantos casos, trabajadores y trabajadoras no están allí arraigadas. Esto no es una crítica ni un juicio, es una realidad y es una de las grandes paradojas a las que se enfrentan las políticas territoriales y de lucha contra la despoblación. En algunas de las investigaciones y trabajos en los que participamos integrantes de AICTS, lo hemos constatado de primera mano. Además, como se ha señalado anteriormente, no es menos cierto que en no pocas ocasiones esas personas mayores, considerando que lo mejor es que permanezcan en su entorno cercano, no pueden hacerlo, por lo que la demanda de estos servicios en estas localidades y zonas se vería reducida.
Por lo tanto, un reportaje interesante e ilustrativo de casos de éxito de generación de empleo y actividades en el medio rural y similares a través de la prestación de servicios a personas mayores. Un escenario que muestra las transformaciones sociales, territoriales y económicas, pero que también encierra no pocas paradojas y debates sobre cómo abordar estos procesos. Incidir en unos servicios de calidad, con unos empleos con buenas condiciones, y garantizar la permanencia de las personas mayores en sus entornos, siempre que sea posible, debe ir de la mano.