El impacto de la lectura

Por EQUIPO AICTS / 7 de octubre de 2024

Han pasado unas décadas desde que Pierre Bourdieu y compañía destacaron por sus estudios sobre la reproducción de la estructura social, el papel de los sistemas educativos, los capitales sociales, culturales y simbólicos, así como conceptos como el "habitus", entre otras cuestiones. Desde entonces, Bourdieu, Passeron, etc., han sido determinantes en el análisis de los procesos de reproducción de las desigualdades y en el peso de los orígenes familiares y socioeconómicos en los desempeños educativos. Como toda teoría, también cuenta con sus limitaciones y errores, por ejemplo en relación a los avances de las clases trabajadoras en los sistemas educativos. Pero, no cabe duda de que Bourdieu y otros autores de su escuela siguen siendo referentes y que sus marcos teóricos funcionan para explicar determinadas dinámicas. Obviamente, las sociedades que analizaba Bourdieu responden a unas características y condiciones determinadas, y la eolución de las mismas puede marcar también el hecho de que sus teorías sean más o menos permanentes. Las transformaciones del sistema educativo, la evolución de las políticas públicas, la digitalización, etc., son procesos que hay que tener en cuenta. Sin embargo, no es menos cierto que Pierre Bourdieu suele regresar y que resultados de no pocos estudios e investigaciones siguen dándole buena parte de razón.

El País publicaba el pasado 22 de septiembre el artículo de Ignacio Zafra "Los alumnos que leen libros de más de 100 páginas llevan más de un curso de ventaja: ¿cómo pueden las familias fomentarlo?". Zafra recoge los resultados de diferentes estudios e investigaciones, por ejemplo el informe PISA de la OCDE, entre otros, como base de dicho artículo. En relación a España, es cierto que en PISA no se encontraban diferencias significativas entre el alumnado que leía libros de 10 páginas con respecto a los que leían de 11 a 100 páginas, tras descontarse el nivel socioeconómico, pero sí que había una desventaja de 31 puntos entre los que leían libros de menos de 10 páginas y los que leían más de 100 páginas, sin tener en cuenta el nivel socioeconómico, aumentando a 41 puntos si se hacía. Es decir, es una variable que se observa importante, con algunos expertos que señalan la diferencia de un curso en 20 puntos mientras que, en otros casos, se plantean que un curso equivale a más de esos 20 puntos, como es la visión del sociólogo José Saturnino Martínez García.

Las ventajas y desventajas educativas cuentan con numerosas variables y dimensiones que actúan sobre las mismas. Es un hecho que el origen socioeconómico de los estudiantes puede tener un peso determinante y que implica la posibilidad de acceder a una serie de recursos y medios, así como el planteamiento de unas opciones y posibilidades. También lo es el nivel educativo de los progenitores, otro factor determinante, especialmente el de la madre, a tenor de los resultados de estudios como el mencionado PISA. El valor otorgado a la Educación suele ser un elemento clave. Y, todos ellos, entre otros, están relacionados en mayor o menor medida con el origen socioeconómico. Pero, como señalamos, no quiere decir que se produzca un determinismo. Se dan escenarios contrarios. Aunque la meritocracia ha quedado hace tiempo deslegitimada, no es menos cierto que la movilidad social se produzco por el acceso y avance en los sistemas educativos de numerosos colectivos, junto con el valor de las políticas basadas en el Estado de Bienestar, los Derechos Sociales y la cohesión social. Lamentablemente, desde 2008 esto es más complicado. 

Uno de los hallazgos de Bourdieu fue el que vinculaba el desempeño escolar con la presencia de libros en el hogar. Sin duda alguna, este es un hecho muy vinculado a un periodo concreto en el que, el acceso al conocimiento estaba determinado por contar con una biblioteca nutrida y accesible. Incidimos en que esto no es determinante, puedes tener todos los libros que se quieran en el hogar pero no hacer uso de los mismos. Además, también habría que señalar otras opciones y posibilidades, por ejemplo las bibliotecas públicas, aunque no es lo mismo contar con ellos en el hogar que en estos lugares. Con la evolución de las TIC y la digitalización, podría decirse que este aspecto ocuparía un lugar más secundario, aunque también habría que considerar, como bien señala el artículo de Zafra reseñado, el desarrollo a través de la lectura de ciertas competencias y habilidades. También son periodos en los que se incide en la cuestión de la lectura en relación a las pantallas y el descenso de la lectura por las mismas, la reducción de la atención y la concentración, así como por el hecho de encontrarnos ante un mundo más vinculado a la imagen. Sin embargo, la lectura sigue siendo fundamental y se observa en la capacidad de los y las estudiantes para comprender textos, desarrollar ideas, etc. Lamentablemente, la variable socioeconómica vuelve a estar presente también en este aspecto.