El déficit de la inversión en I+D+i en España

Por EQUIPO AICTS / 25 de mayo de 2020


La Fundación COTEC ha presentado su informe anual sobre la situación de la investigación en España. El Informe COTECsiempre interesante y relevante, cobra más importancia si cabe en un momento como el actual. La pandemia del Covid-19 ha mostrado algunas de las costuras de nuestro país en diferentes escenarios, y el de la inversión en I+D+i no deja de ser uno de ellos. España, que nunca se caracterizó por un importante esfuerzo en el I+D+i, se ha encontrado en un escenario en el que esta es más importante que nunca. Pero no parece que seamos conscientes de esta necesidad, como tampoco se fue en las décadas pasadas. La verdad es que los indicadores no dejan en buen lugar a España en ese sentido. Y eso que en los dos últimos años se ha venido produciendo una recuperación con respecto al pasado. La crisis de 2008 y sus consecuencias dejaron en un escenario muy negativo a la I+D+i. Si en 2008 se invertían 14.701 millones de euros, en 2018 se situaba por primera vez en una década por encima de esa cifra con casi 15.000 millones. Y es que, durante los peores años de la crisis de 2008, los descensos en la inversión en I+D+i habían sido superiores a la reducción del PIB. Uno de los indicadores más demoledores es el del peso de la I+D+i en el PIB. En 2018 es de un 1,24% cuando en 2008 se situaba en el 1,35%. Es decir, a pesar de los incrementos de los dos últimos años, su representación en el PIB sigue siendo menor que en 2018. En la comparación internacional, España queda en un mal lugar en inversión en I+D+i. En el conjunto de la UE28, esta representa el 2,1% del PIB, una brecha que se ha agrandado en los últimos años.

En cuanto al interior de España, las diferencias entre Comunidades Autónomas también son relevantes. Solo cinco están por encima de la media nacional aunque ninguna llega al 2,1% de la UE28. País Vasco, Madrid, Navarra, Cataluña y Castilla y León son las que están por encima del 1,24%. Once regiones están por debajo del 1%, destacando en el final de la lista el 0,41% de Islas Baleares y el 0,47% de Canarias. El Informe COTEC también muestra cómo es la inversión privada la que va recuperándose en mayor medida, mientras que la pública permanece estancada. 

Un escenario, en definitiva, desolador pero esperado. No es una novedad que España haya sido un país que ha descuidado el sector del I+D+i. Las bases de esta situación son históricas, vienen de un pasado en el que la Ciencia siempre fue sospechosa. Que una figura de la relevancia y talla intelectual de Miguel de Unamuno fuese capaz de decir una frase tan desafortunada como "¡Que iventen ellos!" deja a las claras lo que se podría esperar de un país que llegó tarde a la modernidad, con una dictadura incluida. España ha apostado por sectores económicos que han dado lugar a un modelo productivo dependiente de actividades que, en cualquier situación de crisis, acaban siendo de las primeras en caer. Pasó con la "burbuja inmobiliaria" y la construcción en 2008, ha ocurrido con el turismo en 2020 y el Covid-19. Cierto que, en ocasiones, ha sido una apuesta interna y decidida, y en otras se produce por la nueva división internacional del trabajo fruto de la Globalización y con la Unión Europea como protagonista en el nuevo reparto de la misma, con un sur de Europa especializado en ámbitos del sector servicios no especializados.

Trabajar en la I+D+i en España ha sido, y lo sigue siendo, un esfuerzo titánico para sus investigadores e investigadoras. Condiciones laborales precarias, dificultad de una carrera profesional, recursos que descienden, convocatorias que menguan, etc. Las numerosas horas que hacen los investigadores e investigadoras llegan a compensar la falta de medios y recursos en ocasiones, pero a costa del sacrificio personal. Y en las Ciencias Sociales el escenario es todavía peor. Muchos profesionales tienen que dejar España para poder desarrollar su carrera en otros países, lo que implica una pérdida de capital humano que difícilmente regresará. 

Covid-19 ha mostrado la necesidad de invertir en I+D+i no únicamente para frenar la pandemia y encontrar soluciones, que también y es algo inexcusable, sino para generar un modelo productivo más diversificado y que cuente con mayores puntos de resistencia ante crisis como las que nos ocupan. Sin más I+D+i, tanto desde el ámbito de lo público como desde el privado, difícilmente podremos salir de la situación. Claro que, eso mismo se dijo en 2008 y todavía estamos invirtiendo menos en relación al PIB que entonces.