El debate de las pensiones y cuándo (y cómo) te podrás jubilar

Por EQUIPO AICTS / 26 de julio 2021

No hay lustro en el que no se aborde la cuestión de las pensiones. Hace unas semanas, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, levantó una enorme polémica por la reforma de las mismas que hacían referencia a cuestiones como el retraso en la edad de jubilación, las cuantías, las penalizaciones por jubilaciones anticipadas y las bonificaciones por la demora en la edad de jubilación. Como decíamos, la polémica fue enorme y el ministro tuvo que rectificar sus declaraciones ante la contestación que se sucedió desde los diferentes ámbitos y agentes sociales. Las pensiones siempre están presentes en los debates pero es una de las materias más polémicas y sensibles, más difíciles de abordar, y más en un contexto de cambio y transformación, en todos los ámbitos pero especialmente en el caso del empleo, que estamos viviendo.

No cabe duda que, las pensiones, es uno de esos pilares básicos del Estado de Bienestar, siendo anterior al mismo. Ya en el último tercio del siglo XIX comenzaron a articularse sistemas de protección para los trabajadores cuando se retirasen de su vida activa, también con una intención de evitar el conflicto social. En el caso español, el Instituto Nacional de Previsión de 1908 fue una de las primeras articulaciones de este sistema. A lo largo de las décadas, el sistema de pensiones, dentro de todo el ámbito de la Seguridad Social, se iría ampliando y perfeccionando. Se consideraría un derecho básico y se irían precisando aspectos como el caso de las pensiones no contributivas. No hay que olvidar el carácter contributivo del mismo, es decir, se cotiza en función del tiempo trabajado y las condiciones laborales, el salario, importa y mucho. Los cambios en la estructura social, la demográfica y la productiva han ido condicionando un debate que se ha basado en gran parte en la sostenibilidad del sistema. En el caso español, las generaciones que hemos vivido estas décadas siempre tenemos en mente el Pacto de Toledo de 1995. En definitiva, el sistema de pensiones también hace referencia a dos principios básicos de la cohesión social como son la corresponsabilidad y la solidaridad. 

Pero, cómo hemos señalado, la cuestión de la sostenibilidad es la que marca el debate. En las dos últimas décadas, hemos asistido a un proceso de envejecimiento de la población, comenzando a entrar en la edad de jubilación las generaciones del "baby boom", las primeras. Son generaciones que contaron con empleos más sólidos y estables que las generaciones que ahora están comenzando a cotizar. Y, además, está la cuestión del descenso de la natalidad y todo el escenario que se ha desarrollado en las últimas dos décadas en relación a la estructura demográfica. Igualmente, los cambios en el empleo y en las condiciones laborales y salariales también tienen unas consecuencias directas ya que se cotiza menos, los ingresos se reducen y, estos trabajadores y trabajadoras tendrán menos base de cotización. Hay que añadir que también son generaciones que entran más tarde en el mercado laboral, con menor estabilidad. Y no debemos olvidar un colectivo como el de los autónomos con sus situaciones de cotización. A todo ello, se suma la cuestión de las pensiones privadas y ciertas sombras de mercantilización. En definitiva, un nuevo escenario complejo.

La sostenibilidad de las pensiones va a ser uno de los grandes debates en las próximas dos décadas por el contexto que hemos mostrado. Unas pensiones de calidad contribuyen decisivamente a un buen nivel de vida de las personas mayores que han alcanzado la edad de retiro, hayan cotizado o no. Es una cuestión de cohesión social que no debe olvidarse. Sin embargo, el diagnóstico está claro y los riesgos son cada vez más elevados. Las reformas que deban emprenderse tienen que estar orientadas a una sostenibilidad de calidad y no a que las generaciones que ahora están trabajando o están intentando entrar en el mercado de trabajo tengan claro que se jubilarán más tarde y que sus pensiones serán peores que las actuales. No podemos ni debemos retroceder en estas cuestiones. En España, en la actualidad, la edad de jubilación es de 67 años y de 65 años cuando se acreditan 38 años y seis meses de cotización. Las voces más agoreras, o realistas para otras personas, señalan que la edad de jubilación seguirá creciendo, además de que las condiciones serán peores. Un desafío mayúsculo.