Modelo de sociedad

Por EQUIPO AICTS / 29 de agosto de 2022

Ahora que termina el mes de agosto y asistimos a los prolegómenos del inicio de un nuevo curso, del académico al resto, toca observar los retos a los que nos vamos a enfrentar, y a lo largo de las entradas de este blog hemos ido recogiendo algunas cuestiones, basándonos también en los indicadores, diagnósticos, análisis y reflexiones que hemos ido viendo. No cabe duda de que algo importante se ha ido quebrando de forma acelerada en el último año, aunque las bases de dicho proceso ya estaban presentes desde la crisis sistémica de 2008. Sobre todas estas cuestiones se ha escrito tanto que no es pertinente regresar a dicho punto, aunque explique muy bien de dónde venimos. Si la evolución del capitalismo, basado en dos pilares como el neoliberalismo y la globalización, había ido derivando en una transformación de nuestro mundo de la fuimos conscientes explícitamente con la crisis de 2008, sus consecuencias no permitieron corregir la dirección en la que nos encontrábamos. Luego apareció la recuperación macroeconómica, la crisis de la pandemia covid-19 y una nueva vuelta de tuerca con todo el escenario que va desde las crisis de las materias primas, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el aumento de la inflación, etc. 

Se había construido una sociedad basada en la cohesión social, su legitimidad y la corresponsabilidad. Había ocurrido en la segunda mitad del siglo XX en el mundo occidental y se había convertido en la referencia para buena parte del mundo. Los Derechos Sociales y el Estado de Bienestar, con sus contradicciones y sombras, fueron determinantes en un mundo en el que se cubrían las necesidades básicas y se avanzaba en escenarios como la Sanidad, la Educación y la protección social hasta escenarios desconocidos hasta el momento. Obviamente, las desigualdades continuaban existiendo, la estructura social está ahí y los orígenes socioeconómicos seguían marcando, pero había un concepto de progreso y un sentido de lo común que, lamentablemente, se ha roto. Ese es el lugar en el que nos encontramos en este momento, aunque había que precisar algunas cuestiones, como veremos a continuación.

Hace unas semanas escribimos un artículo en este mismo blog en el que nuestras reflexiones hacían referencia a las visiones optimistas y pesimistas sobre el momento actual y lo que vendría más adelante. Nuestro objetivo era también analizar esas tendencias, desde el punto de vista constructivo. Los indicadores, como ya señalamos en el texto, nos invitan a ser pesimistas, y un ejemplo muy claro es todo lo que está ocurriendo con los jóvenes, de lo que también venimos escribiendo desde que comenzamos con este blog. Además, el verano que se va acercando al final nos ha mostrado una cara muy clara en relación al cambio climático con unas temperaturas que han convertido los meses de junio, julio y agosto en prácticamente una ola de calor permanente, sin apenas lluvias y con un incendios forestales por toda la geografía. Es decir, un escenario apocalíptico. Es evidente que el cambio climático es el gran desafío de nuestro tiempo y que llevará a medidas y actuaciones necesarias para mitigarlo.

El escenario de futuro, y de presente, pasa por retomar a un proyecto común de sociedad basado en esos Derechos Sociales que hemos señalado. Retomar las bases del Estado de Bienestar pero siendo conscientes de que no estamos en el mismo escenario en el que surgió y se desarrolló. Al contrario, ahora es muy diferente y eso nos lleva a nuevos retos. Hay que ser consciente de que también se ha producido una importante digitalización de nuestras sociedades y que la misma debe ser aprovechada en un sentido favorable para esos retos que nos están llegando, evitando a su vez que se generen nuevas brechas y desigualdades. Los debates son numerosos y debe aprovecharse la capacidad de nuestras sociedades para salir de tantos y tantos escenarios negativos en los que se han visto envueltas a lo largo de la Historia. Son puntos de inflexión y aunque ahora nos parece imposible prácticamente salir de este círculo vicioso, es necesario que nos propongamos encontrar ese hueco para hacerlo, como ha ocurrido en otras ocasiones. Nuestras sociedades deben volver a construirse sobre la cohesión social, la ciudadanía, la igualdad, los derechos y tantos principios que, lamentablemente, en algunos casos siguen estando pero sobre el papel. Y, en otros casos, están presente, siendo además en los que nos socializado y desenvuelto. Aprovechemos ese potencial.