Sistema educativo y descenso de la natalidad
Por EQUIPO AICTS / 4 de septiembre de 2023
El pasado 28 de agosto, El País publicaba un artículo a cargo de Ignacio Zafra bajo el título "La caída de los nacimientos abre un agujero en la escuela: 300.000 alumnos menos de infantil y primaria en cinco años". La noticia, no por esperada, no deja lugar a dudas. Uno de los grandes retos a los que se tendrá que enfrentar el sistema educativo a corto y medio plazo es el hecho de serán menos niños y niñas los que acudirán a la misma debido al descenso de la natalidad, un proceso estructural en España, así como en la mayoría de los países de su entorno. El artículo aborda esta cuestión así como el mayor impacto de los cierres de escuela en la red pública que en la privada y concertada. Uno de los factores que explican este hecho es el que la escuela en el medio rural está en la red pública. Y es que, una elevadísima cantidad de los centros cerrados están en este ámbito, aunque también se dan casos en áreas urbanas. De la misma forma, también hay un descenso de alumnado en la escuela concertada. El artículo culmina con una serie de preguntas y reflexiones sobre la sostenibilidad del sistema, destacando la cuestión de la reducción de ratios como una forma de afrontar la situación, así como el hecho de que habrá escuelas con muy pocos estudiantes que serán difíciles de mantener.
La Educación es uno de los principales de nuestras sociedades. El mismo cumple con una serie de funciones determinantes, habiendo ampliado las mismas debido a los cambios que se han dado en las últimas décadas. No se trata únicamente de las clásicas, como son la formación, la socialización como ciudadanos, la preparación para el mercado de trabajo, o aquellas que estaban vinculadas a la reducción de las desigualdades y la equidad, ahora cuestionadas por la crítica a la meritocracia. Otras han ido apareciendo como son las relacionadas con la preparación de para adaptarse a los cambios sociales; el papel que desempeñan en la guardia y custodia de niños y adolescentes, con la ampliación de servicios de comedor, de madrugadores, de extraescolares, etc.; o el hecho que las familias cada vez demanden más a dicho sistema educativo en relación a cuestiones con la educación que antes estaban en el ámbito más familiar. En este sentido, la Educación y sus profesionales están cada vez más presionados y, además, a la Educación se le hace responsable en no pocas ocasiones de lo que "no funciona", o se señala que "hace falta más Educación".
En el plano cuantitativo, las Enseñanzas Obligatorias del Régimen General contaban en el curso 2022/23 con 8.309.480 estudiantes matriculados. En cuanto al profesorado, en ese mismo curso se situaba en 770.018 docentes, según datos en ambos casos del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Además, hay que sumar todas las personas que trabajan en la Educación como Personal de Administración y Servicios, junto a todos los empleos vinculados a la actividad educativa formal e informal. Y sin olvidar el concepto de comunidad educativa, en el que obviamente se incluyen a las familias. Es decir, el volumen de personas vinculadas a la Educación afecta a más de la mitad de la población, y eso sin contar las Enseñanzas no Obligatorias y las Universitarias.
Que el descenso de la Natalidad tenía que tener un efecto sobre el sistema educativo es un hecho. Es evidente que el mismo se va adaptando a los diferentes cambios que se van produciendo, y los demográficos no son una excepción. Afortunadamente, lejos quedan aquellos centros educativos en los que las aulas contaban con hasta 45 estudiantes. También eran años en los que veníamos del "baby boom" y el crecimiento demográfico se dejaba ver en un sistema que no estaba tan desarrollado como en la actualidad. La LOGSE y su reforma comprensiva redujo las ratios, sin duda uno de sus principales avances. Con el paso de las décadas y el descenso de los nacimientos, las ratios han ido adaptándose paulatinamente, aunque todavía quedaría margen de mejora.
Cuestión aparte es la escuela en el medio rural, como se ha mencionado. Aquí ya no es una cuestión de descenso de la Natalidad sino también de la despoblación de estas zonas. En el medio rural se han hecho importantes esfuerzos desde las Administraciones Públicas para mantener escuelas, evitando así desplazamientos. En algunos casos, se ha llegado a contar centros con cuatro estudiantes, por ejemplo. Pero, la combinación de los procesos de despoblación con las bajas natalidades parecen ir condenando a un importante número de centros educativos en estas zonas al cierre, con todos los impactos que implica. Pero, estos cierres no pueden darse únicamente en el caso de las zonas rurales, también hay escuelas en las ciudades, especialmente centros en especial dificultad o con una alta presencia de inmigrantes y/o alumnado en situación de riesgo de exclusión social que también han visto cómo va descendiendo su número de alumnos, llegando incluso al cierre. En el caso de la concertada, habría que analizar el proceso de unidades concertadas, hecho que depende de las políticas educativsa de las Comunidades Autónomas.
En definitiva, un gran desafío para nuestro sistema educativo derivado del descenso de la natalidad y de un cada vez menor número de estudiantes que ingresan en el mismo. El reto para las políticas públicas es determinante porque, por un lado, el descenso de las ratios será una realidad cada vez mayor. Pero, por otro lado y como bien refleja el artículo de El País, habrá decisiones que valorar. En todo caso, esta reducción de la Natalidad también debe tenerse en cuenta desde el punto de vista de que el escenario no se convierta en una competición entre centros educativos por estudiantes. Sí, esto ya se da, es un hecho, y hay lógicas de mercado y de mercantización muy institucionalizadas en el sistema educativo. Lamentablemente, el descenso de la Natalidad puede acelerar este proceso.