Resultados educativos

Por EQUIPO AICTS / 19 de diciembre 2020

Una de las principales noticias que suelen aparecer vinculadas a la educación es la que hace referencia a los resultados académicos de los estudiantes. Es un hecho recurrente ya que, cuando se publican las conclusiones del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA) de la OCDE, los medios de comunicación analizan los mismos y, especialmente, la comparación tanto entre países como, en el caso de España, entre Comunidades Autónomas. También son recurrentes las interpretaciones del Estudio de las Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS) de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA). Estas son algunas de las pruebas más importantes que diagnostican el rendimiento académico y lo interrelacionan con otras variables como el origen socioeconómico, los efectos escuela y compañero, o las condiciones ambientales en las que los estudiantes desarrollan su trabajo, junto con otros aspectos familiares y del hogar. 

Sin duda alguna, son importantes herramientas que sirven tanto para plasmar una fotografía de la situación de los sistemas educativos como para medir la evolución de los mismos, ya que permiten ver una trayectoria. Pero, por otro lado, también implican ciertos riesgos como la sacralización de estos indicadores, en el sentido de utilizarlos para señalar las bondades de un sistema educativo, nacional o regional, como para indicar sus debilidades, especialmente en la comparación. Obviamente, debemos distinguir todo lo que implica la comunicación política del valor de las pruebas y de su relevancia, siendo un instrumento útil para el análisis de los sistemas educativos aunque, lógciamente, no debe fiarse completamente el mismo a los mismos ya que existen numerosas variables y aspectos que no se recogen en estas pruebas, sin olvidar el papel de lo cualitativo.

Estos días se han publicado los resultados de las pruebas de TIMSS 2019, lo que ha provocado una nueva revisión del sistema educativo. TIMSS realiza pruebas en el ámbito de Matemáticas y Ciencias en alumnos de 4º de Primaria y 2º de Educación Secundaria (ESO). Ya el informe PISA que salió hace un año mostró el descenso y la distancia de los estudiantes españoles en estas materias, y TIMSS 2019 lo que demuestra es esa tendencia, con la existencia de una distancia importante entre los resultados españoles y la media de la OCDE y de la Unión Europea, incluso con ligero retroceso en las puntuaciones en Matemáticas y Ciencias. De esta forma, el escenario que se muestra no es muy positivo.

El sistema educativo español siempre se encuentra en cuestión, especialmente internamente, convertida la educación en una auténtica batalla donde entran en consideración cuestiones más ideológicas. Este hecho distorsiona una realidad y su percepción, como hemos podido comprobar con la aprobación reciente de la LOMLOE. Sin duda alguna, el sistema educativo español, recordemos que las competencias en esta materia están transferidas a las Comunidades Autónomas, precisa seguir incidiendo en su mejora. Hay desigualdades que se han convertido en estructurales, aunque no es menos cierto que nuestro sistema educativo ha hecho importantes avances en el impacto de las diferencias socioeconómicas en los resultados escolares, pero siguen existiendo variables que, en parte, influyen en los mismos. La situación de la segregación escolar o la situación de diferentes colectivos, especialmente de origen extranjero, sigue mostrando diferencias importantes. Es necesario prestar una mayor atención si cabe a esas condiciones ambientales y contextuales en las que se encuentran los estudiantes y dotar de mayores recursos al sistema para evitar o reducir estas brechas que existen. Sin embargo, el escenario actual derivado de la pandemia COVID-19 no nos hace ser muy optimistas y su impacto se dejará notar en los próximos años. De esta forma, si no se producen determinadas actuaciones, el susto en los resultados futuros puede ser todavía más grande.