Salud mental

Por EQUIPO AICTS / 29 de marzo 2021

No es la primera vez que en el Blog de AICTS hacemos referencia a la salud mental y al impacto de la pandemia de la Covid-19. Desde el comienzo de la misma con el confinamiento de marzo a mayo de 2020, y todo lo que ha venido después, las consecuencias en la salud mental y en el estado de las personas está siendo muy importante. Primero, las consecuencias sanitarias y su relación con la salud mental, procesos de duelo que no han podido seguirse por ejemplo, o acompañamientos a personas enfermas. Segundo, el aislamiento y la soledad que ha afectado a determinados colectivos de forma especial, como por ejemplo personas mayores en residencias. Tercero, las consecuencias de esos confinamientos y las medidas que también se han medido. Y, en cuarto lugar, las incertidumbres derivadas de las transformaciones económicas, sociales y políticas que está provocando la pandemia, en el sentido de personas que han perdido su trabajo, que han entrado en situaciones de riesgo de exclusión social, etc. Es decir, estamos en un mundo de cambios y de inestabilidad que siempre genera unas consecuencias psicológicas.

La cuestión de la salud mental ha ido ganando terreno y visibilidad en las últimas décadas, pasando de una estigmatización y de ser considerada su atención poco menos que un tabú, a estar presente en la sociedad. Sin embargo, todavía siguen pesando ciertas rémoras a pesar de estos avances, como se ha podido observar en estas semanas en el debate público. Que todavía haya personas que consideren que tener una depresión, ir al psicólogo, etc., es objeto de burla o de minusvalorización, es bastante lamentable. Es necesario seguir avanzando para eliminar estas visiones y escenarios que ridiculizan incluso a las personas y colectivos que sufren problemas de salud mental. Es decir, continuar concienciando y poniendo en valor también a los numerosos profesionales que intervienen en estas situaciones.

La pandemia de la Covid-19, como hemos señalado, tiene unas importantes consecuencias en la salud mental, debido a esas incertidumbres ya comentadas. Es un escenario que tiene todos los números para recrudecerse y más en un contexto como el actual, con aspectos como la sobre información, esa infodemia señalada por numerosos expertos, que nos está superando. Por otra parte, también todo lo relacionado con las Redes Sociales y la posverdad, etc., pueden tener un impacto en la situación de la salud mental. Uno de los colectivos más señalados por la pandemia, los jóvenes, también se ven afectados por problemas de salud mental como señala un estudio reciente. Además, también se advierte que suele ser más difícil de diagnosticar esta situación para este colectivo así como que era un colectivo que quedaba en un segundo plano en relación a ese diagnóstico y a la atención. También se indicaba que es preciso realizar planes de intervención para prevenir determinadas situaciones y conductas. En definitiva, es necesario incidir en este colectivo, en situación de igualdad con el resto de la sociedad, ya que sus situaciones de riesgo también pueden verse ampliadas debido a sus necesidades, vinculadas a la sociabilidad y, especialmente, a sus perspectivas y expectativas de futuro. Y es que, como hemos señalado en otras ocasiones, son un colectivo que vive también en esa incertidumbre. 

Mientras tanto, los cambios derivados de la pandemia están incidiendo en procesos que ya estaban presentes anteriormente. De esta forma, el crecimiento del teletrabajo también están teniendo unas consecuencias en nuestra relación con algo tan central en las sociedades como es el trabajo y el empleo. El teletrabajo ha dado lugar a un aumento de las horas de trabajo y a una mayor disponibilidad de los trabajadores y trabajadoras de los sectores implicados, lo que tiene también su impacto en la salud mental. Es un hecho que se está advirtiendo desde numerosos ámbitos y, lamentablemente, la tendencia será creciente y cabe enmarcarla en la evolución del capitalismo neoliberal y en las transformaciones del mundo del trabajo y de sus condiciones. En definitiva, factores y procesos interrelacionados. Consecuencias ya medibles y visibles en una sociedad en una transformación permanente y acelerada.