Las becas universitarias y la opción de estudiar 

Por EQUIPO AICTS / 11 de octubre de 2021

Hace muchos años, décadas, integrantes de este equipo éramos estudiantes universitarios. Buena parte del equipo de AICTS tuvo la oportunidad de acceder a los estudios superiores gracias a las becas. Estas eran fundamentales para poder llegar a ese nivel, especialmente si hacías una carrera que estaba fuera de tu ciudad. Aunque es cierto que el sistema de universidades públicas que se ha generado en España ha permitido que la movilidad para estudiar no sea la que se daba hace unas décadas, cuando la oferta mayoritariamente se concentraba en Madrid y Barcelona y otras pocas ciudades, no es menos cierto que, obviamente, que haya algunas carreras que se estudian en unos pocos lugares o que la formación elegida no esté en tu localidad. En este caso, contar con una beca era fundamental, como hemos señalado.

No es la primera vez que en el blog de AICTS hacemos referencia a los sistemas de becas que tienen las Administraciones Públicas y su importancia para garantizar la equidad y la igualdad de oportunidades. Son fundamentales ya que pueden suponer la diferencia entre que una persona estudie o no una carrera superior por motivos económicos. Ciertamente, habrá personas que señalen que hay personas y colectivos que ni siquiera llegan a la Universidad, al Bachillerato incluso o que se ven lastrados por sus orígenes socioeconómicos. Sin embargo, no es menos cierto que el sistema educativo ha evolucionado de forma positiva en ese sentido, especialmente destacable ese periodo de construcción de un Estado de Bienestar en España cuando muchas personas se convirtieron en las primeras de sus familias en ir a la Universidad. La equidad y la igualdad de oportunidades tiene margen de mejora, y es un hecho que los debates sobre la ruptura del ascensor social, del valor o no de la meritocracia y del peso de esos orígenes ya señalados están más de actualidad que nunca. 

Hace unos días, el diario El País señalaba que el retraso en el pago de las becas hacía que no pocos estudiantes tuviesen que recurrir a adelantos a través de entidades privadas. Se calificaba la situación de "crónica" y se establecían algunas de las opciones que tenían estos estudiantes para conseguir ese adelanto, indicándose también las comisiones que tenían que aportar en diferentes bancos o las condiciones. Nos encontramos con un sistema de beca que, en primer lugar, tarda en resolver las solicitudes, cuando ya se lleva una parte del curso y se han producido gastos que van desde desplazamientos a los alojamientos. En segundo lugar, una vez resuelto, y como indica el artículo y conocemos por investigaciones realizadas y por el contacto con estudiantes, estas becas llegan más avanzado el curso por lo que se tiene que seguir adelantando ese dinero. Es decir, se es consciente de las dificultades de articular ese sistema, de que ciertos retrasos en la valoración y concesión son inevitables por la cantidad de solicitudes, pero no es menos cierto que tendría que agilizarse ese proceso para que los estudiantes puedan contar con su beca lo antes posible.

En definitiva, soluciones que son necesarias para un escenario de mejora de la igualdad de oportunidades y la equidad. Puede que, para muchas personas y familias, ese retraso no suponga un importante contratiempo pero, para muchas otras, lo es y muy importante. Estudiantes y familias que están en situaciones de mayor vulnerabilidad, que realizan importantes sacrificios para que ir a la Universidad. A pesar de ese escenario que se ha construido de la movilidad social, del cuestionamiento de la meritocracia, de la pérdida de peso del título universitario a la hora de acceder al mercado de trabajo, la realidad sigue siendo que, a mayor nivel de estudios, mejores empleos se logran.